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Trece sobre cero. Ritual-acción-performance

Reservas

Fechas

17.07.2025 | 19:00-19:30


Categoría

Programas públicos


Lugar de encuentro

Museu Tàpies


Hora

19 h


Duración

30 min


Precio

5 €


Hazte amigo

Tatuar en el pecho superior derecho del cuerpo los números sagrados de la civilización maya (13 y 0). El 13 es el número de mayor energía; el cero (0) fue usado por los mayas mucho antes de que el mundo occidental usara los números arábigos. El cero es la ausencia, el vacío, la nada; el cero es el silencio, ampliada la eternidad estirada de la civilización maya.

En el calendario maya Cholqi’ij, los ciclos están compuestos por 13 semanas y 20 días. Se trata de un calendario sagrado de 260 días (13 x 20 = 260). En la simbología numérica maya, cuando se dibuja el 13 se usan dos palitos y tres puntos; a continuación, se deja un espacio debajo y se dibuja una concha de caracol de mar, símbolo del cero. Así se crea la cantidad de 260, como los 260 días del calendario maya, número de sacralidad ancestral. La modernidad occidental ignora, seculariza, incluso sataniza el número 13; para los mayas, el 13 es sagrado. El cero es la totalidad, el inicio y el fin; alude al ciclo de la siembra y se representa con una concha de caracol de mar.

El ritual-acción-performance Trece sobre cero implica tatuar en el cuerpo de Benvenuto Chavajay los números sagrados 13 y 0. Trata sobre desempolvar la historia y activar la memoria, muchas historias, muchas heridas y herencias acumuladas. El artista guatemalteco activa, con este gesto, la memoria ancestral para dar un paso adelante, para sanar y abrazar las heridas y las herencias. Se trata de dar una segunda oportunidad a la historia.

Chavajay ofrece su piel y su pellejo como un sacrificio y una ofrenda a sus ancestros. Hiere, abre grietas en su cuerpo, deja caer gotas diminutas y negras y crea bultos y surcos de memoria. Cicatriz, coagulación, sangre y carbón, dolor y tatuaje.

 

Benvenuto Chavajay (San Pedro La Laguna, lago Atitlán, Guatemala) se autodefine como un artista chunchero, es decir, un observador e interventor de chunches, término que designa en tz’utujil —lengua materna del artista— objetos desechados que han perdido su valor de uso. Su objetivo es identificar, ratificar y dignificar elementos simbólicos que forman parte de la historia y el conocimiento ancestral de la cultura maya, de la que es heredero. En esta entrevista, Chavajay toma como referencia sus obras en la Colección del Museo Reina Sofía para explicar cómo el arte puede constituir un rito de sanación ante la herida colonial. Desde esta premisa y alejado de las lógicas del pensamiento moderno occidental, el artista engloba en su proyecto marco El retorno de las almas la dignificación de las culturas indígenas borradas de la historia.

 

Una sesión de la segunda edición del ciclo Las sillas de Tàpies.